¿Tienes el deseo de conocerle?
Las personas somos seres que necesitamos relacionamiento, compartir momentos con otros, alegrías, tristezas, ser amados y la única forma de estrechar lazos es conocer a la otra persona invirtiendo de nuestro tiempo.
Los Hijos: desde que nacemos tenemos contacto con nuestros padres, escuchamos la voz desde que estamos en la guatita, luego de esto nuestros primeros años y nuestra niñez vamos compartiendo mas momentos que van quedando grabados en nuestros pensamientos.
Amigos: llegan a ser mas cercanos porque hay una relación distinta, nos damos el tiempo de conocer al otro, compartimos momentos, gustos, disgustos, risas y otras cosas.
Pareja o matrimonio: Cuando amamos a otra persona aun mas queremos pasar tiempo de conocerla, se llega a un compromiso mayor, se conoce mas detalles de la vida y carácter de la persona, hasta llegar al matrimonio en el cual es un constante tiempo de conocerse hasta que la muerte los separe.
Para Dios también debemos hacer esto, lo cual es una decisión.
Nuestro Dios es un Dios infinito, eterno, Santo, todopoderoso, creador de todo lo que podamos conocer, omnisciente, infinitamente sabio, pero aun así después de todas estas cualidades impresionantes de su carácter decide manifestarse de forma personal, paternal, con un amor igualmente a Él Infinito.
Él Decide mostrarnos su amor, amabilidad, justicia, misericordia, gracia y fidelidad
Su preocupación por ti es tan grande que no quiere que continuemos en pecado el cual nos lleva a la destrucción y envió a su hijo por nosotros.
Juan 1:12
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Para conocerle tenemos:
- Su palabra
- La oración
- Adoración
- Escuchar su voz
Y por el contrario cuando te piden describir a alguien que no conoces ¿como lo haces?, no sabes sus gustos, es borroso su carácter, comportamiento, hasta como se ve, menos reconocer su voz cuando te habla. Esa es la importancia de también no conformarnos con lo que ya sabemos y quedarnos solo con eso.
Debemos ser intencionales en ir mas allá siempre en la relación con nuestro Dios para comprender su carácter y poder decir, ¡Si estoy conociendo a mi Dios!